Iniciado por
Spinoza88
Yo intento ser siempre agradable con todo el mundo, y no me falta un buenos días, ni un adiós, ni un gracias con una sonrisa hasta para mi peor enemigo.
Sobretodo, cuando vamos a una tienda o algún sitio en que hay gente trabajando de cara al público, saludar con amabilidad al vendedor, darle el dinero en la mano, y decirle adiós y gracias con una sonrisa afectuosa, no sabéis lo que puede alegrar la tarde o la mañana al susodicho, y almenos siente que su trabajo se valora y que sirve para algo. A mí me pasa cuando estoy trabajando, te sientes mejor si el cliente te presta atención y no te trata como a una máquina expendedora, ni te tira el dinero con desgana en la caja para que lo recojas. Por muy borde o serio que pueda parecer, lo agradecerá por dentro.