Tal como está concebida hoy la vida (rutina diaria aderezada con satisfacciones superficiales de ocio, consumo inmediato y sin los sobresaltos de un peligro inminente con la muerte a la vista), cualquier complicación que profundice un poco en la mentira de nuestra existencia y descubra el humano cosificado que hay en nosotros, es dolorosa y nos devuelve el recuerdo del Mito de La Caverna de Platón o la película de Matrix de más reciente actualidad.