Hacia el Metarrrealismo
Según el físico Eddington "para un científico razonable la ciencia moderna muestra que la religión se ha vuelto posible en torno al año 1927". Ese año es uno de los más importantes en la historia del pensamiento contemporáneo. Heisenberg expone su principio de incertidumbre, el canónigo Lemaitre da a conocer su teoría sobre la expansión del universo. Einstein propone su teoría del campo unitario, Teilhard de Chardin publica los primeros elementos de su obra. Y es el año del congreso de Copenhague, que marca la fundación oficial de la Teoría Cuántica.
Nuestras dificultades para comprender el universo proceden de que no sabemos con qué compararlo. Heinz Pagels señala:" Creo que el universo es un mensaje redactado en un código secreto, un código cósmico, y que la tarea del científico consiste en descifrar ese código".
A través de la vía conceptual abierta por la teoría cuántica, está emergiendo una nueva representación del mundo más acá del espiritualismo, aunque mucho más allá del materialismo, que borra las fronteras entre el espíritu y la materia: el metarrealismo.
¿Tiene sentido reflexionar sobre el universo, la materia y la religión? Encuentra un eco sorprendente en la filosofía de un pensador que, en el corazón de la Edad Media, tuvo la intuición de lo que anuncia el metarrealismo: Santo Tomás de Aquino. A la vez metafísico, lógico y teólogo, Santo Tomás se propuso conciliar la fe cristiana con la filosofía racional de Aristóteles.
Si Santo Tomás de Aquino ejerce una influencia tan profunda sobre el pensamiento contemporáneo es por ser el primero en intentar instalar la armonía entre lo que se cree y lo que se sabe, entre el acto de fe y el acto de saber; en una palabra: entre Dios y la ciencia.
Enrique Araos.
Más Información:
Jean Guitton.- Dios y la Ciencia.- Emecé Editores Este artículo fué publicado en el Nº 7 de la Revista ALCIONE
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