Esto me recuerda que cuando yo tenía unos 3 años no quería comer ningún animal, y mis padres me engañaban diciéndome que la carne había crecido en un árbol o que el pollo que tenía en el plato había nacido ya muerto y que por eso me lo podía comer ¬¬
Me hubiesen facilitado mucho las cosas respetando lo que yo había decidido...
Lo más triste es que me lo cuentan como si fuera algo gracioso u.u