Aceptando tu premisa, una dieta vegetariana seguiría siendo la opción más ética, dado que al comer el animal nos estamos comiendo también las grandes cantidades de vegetal que éste ingirió desde su nacimiento hasta su muerte, cantidades que rebasan con mucho el número de calorías, proteínas, etc. que las que aporta el alimento animal final. Es decir, que un vegetariano, curiosamente, "mata" muchas menos plantas que un carnívoro.