Lo mío ya pasa de anécdota al pan nuestro de cada día. Ayer volví a comer arroz blanco con patatas fritas. Cada vez que voy a un restaurante de menú cerca del curro con los colegas de trabajo la misma historia. Y encima el camarero, que lo sabe, me echa la bronca por no haber llamado antes para que me preparen algo (ahí tiene razón, pero la opción "algo" se reduce a brócoli megacocido y como que me da igual) cuando me trae la cerveza mientras pregunta "pero todavía sigues a dieta?" un: