margaly
15-may-2011, 11:03
¿Arroz con perro?
Un mediático rescate de 520 perros que iban a ser cocinados en restaurantes ha reabierto en China el debate sobre el consumo de carne de este animal a medida que crece la popularidad de los canes como mascotas. Un pedido de Urgente24: paren al detractor de los piquetes chinos, Zhu Guangbing (entérese y opine)
http://www.urgente24.com/data/img_cont/img_imagenes/img_md/5887.jpg
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). La noticia la trae Antonio Broto desde Beijing para El Correo de Vizcaya.
Un mediático rescate, en medio de una autopista, de 520 perros que iban a ser cocinados en restaurantes ha reabierto en China el debate sobre el consumo de carne de este animal a medida que crece la popularidad de los canes como mascotas.
El rescate atrajo a mediados de abril la mirada de diarios y televisiones chinas porque ecologistas y defensores de los animales bloquearon durante 15 horas una concurrida autopista a las afueras de Beijing, en una de sus primeras campañas "agresivas" en China.
Todo comenzó cuando uno de ellos, apellidado An, vio pasar el camión en las afueras de Beijing y decidió cortarle el paso para acto seguido informar desde su microblog a otros activistas.
Entre los que acudieron inmediatamente al lugar se encontraba Qin Xiaona, director de la Asociación para el Bienestar de los Animales de la Capital (CAWA), la organización que se atribuyó un rescate en el que, según la prensa pequinesa, también participaron extranjeros e incluso celebridades chinas.
La acción fue "una noticia positiva para que la gente empiece a apreciar a estos animales", señaló a Efe Yan Dong, director de la Red de Dueños de Perros (un foro de internet para amantes de los cánidos).
Sin embargo, no todos se mostraron de acuerdo con la medida, ya que en China, aunque el consumo de carne de perro es minoritario no es ilegal, y es popular en algunas regiones, como Cantón o las zonas de etnia coreana en la frontera con Corea del Norte.
Entre los críticos al rescate ha despuntado un internauta llamado Zhu Guangbing, quien en su popular microblog ha asegurado que va a mostrarse tan "radical" como los ecologistas y va a matar desde el 1 de junio un perro cada día "para protestar contra la hipocresía", a menos que quienes salvaron a los canes pidan perdón.
Zhu, cuyas palabras han inflamado el debate en los foros chinos, se queja de que los ecologistas malgastan el dinero en salvar animales en lugar de usarlo para ayudar a personas con problemas, ya que en el rescate de los 520 perros se pagó US$ 17.000 al camionero que los transportaba.
El internauta ha asegurado que ya ha contratado notarios para dar fe de su "matanza" a partir de junio, y aclaró que los animales sacrificados proceden de granjas caninas y son destinados para el consumo humano.
Zhu admite que su comportamiento es algo extremo, aunque aduce que "el de los ecologistas en realidad lo fue más" ya que bloquearon la autopista, poniendo en peligro muchas vidas.
El internauta, por lo que se desprende de sus escritos, vive en Cantón, conocida por ser la provincia cuyos habitantes consumen tipos más raros de animales.
"¿Por qué no va a poderse comer, si tomamos cerdo o cordero?", defiende una empleada del restaurante "Carne Sabrosa de la Luz del Sol", uno de los más reputados de Cantón por ofrecer carnes exóticas, y donde han comido incluso los líderes de Corea del Norte (país en el que, como su vecino del sur, el perro es un plato de lujo).
"La carne de perro mejora la circulación de la sangre, cuida el estómago, y es ideal para las mujeres embarazadas", señala a Efe la empleada, apellidada Wu.
Otros aseguran que en China, durante siglos, el perro ha sido un alimento más, y que la defensa de estos animales es una influencia occidental que pone en peligro las tradiciones orientales.
El debate fluye en los foros de internet chinos, mientras el diario oficial "Global Times" lamenta que no haya un marco legal que distinga claramente entre mascotas y animales para el consumo humano.
Cualquier animal, incluidos los perros o gatos domésticos, puede ser sacrificado o cocinado sin que la ley contemple castigos, por lo que en China de vez en cuando se difunden noticias o rumores sobre redes de "secuestradores" de mascotas para restaurantes.
La polémica resurge 5 años después de la campaña que los defensores de los animales lanzaron cuando epidemias de rabia fueron atajadas por gobiernos locales con matanzas indiscriminadas de miles de perros.
En aquella ocasión -que coincidió, curiosamente, con el Año del Perro en el calendario chino- las protestas llevaron incluso al presidente chino, Hu Jintao, a pedir públicamente a gobiernos locales que detuvieran aquellos masivos sacrificios, en un país donde tener perros como mascota es cada vez más popular e incluso, en grandes ciudades, un símbolo de estatus social.
Un aporte más para el encendido debate lo proporciona blogalternativo. Allí se manifiesta la visión de Jonathan Safran Foer:
“Nuestro tabú contra comer perros dice algo de ellos y mucho de nosotros. Los franceses, que adoran a sus perros, a veces se comen a sus caballos. Los españoles, que adoran a sus caballos, a veces se comen a sus vacas. Los indios, que adoran a sus vacas, a veces se comen sus perros” (…)
“Pero comer perro no ha sido, ni es, tabú en muchos sitios, y no es perjudicial para nosotros en modo alguno. Bien cocinada, la carne de perro no presenta más riesgos para nuestra salud que cualquier otra, y una comida tan nutritiva no suscita grandes objeciones por parte de los componentes físicos de nuestros egoístas genes” (…)
“En Norteamérica, millones de gatos y perros sacrificados en refugios para animales se convierten en la comida de nuestra comida. (Se sacrifican casi el doble de perros y gatos que se adoptan.) Eliminemos, pues, este ineficaz y extraño paso intermedio”
“¿Y por qué no comer perros? Depende las culturas, cualquier tipo de animal es válido para ‘la colosal tarea que supone alimentar a un mundo poblado por miles de millones de omnívoros que exigen carne con sus patatas’”.
Reproducimos a continuación el capítulo sobre comer perros del libro “Comer Animales” de Jonathan Safran Foer que nos da argumentos de peso para reflexionar sobre la diferencia entre perros o cerdos y como los mejores amigos del hombre entran igualmente en la cadena alimentaria.
A pesar de esas letras sangrientas de la portada, “Comer animales” es un libro serio, muy documentado y contundente para todos los públicos, coman lo que coman, que lleva más de un año en la lista de los más vendidos de Estados Unidos y cuyo objetivo no es que nos hagamos vegetarianos, sino que sepamos lo que esconde la industria cárnica y el lado oscuro de nuestros filetes para que saquemos nuestras propias conclusiones.
A sus 32 años, Jonathan Safran Foer es un autor de culto en su país y la conciencia alimentaria y animalista le llegó cuando su esposa estaba embarazada y decidió emprender una extensa investigación de varios años sobre el negocio de la comida. Esto le hizo descubrir una realidad atroz que ha decidido denunciar en esta obra que entremezcla datos estadísticos, recuerdos de la infancia y reflexiones sobre nuestras creencias y tradiciones.
Foer afirma que la industria alimentaria es la que más dinero mueve, la que más afecta directamente a nuestra salud, la que más impacto negativo tiene sobre el medioambiente, la que ocupa casi un tercio de las tierras del planeta y al mismo tiempo, es sobre la que menos sabemos. Y encabezando sus críticas, encontramos a la cadena de fast food KFC a la que describe como “la compañía, podría decirse, que ha aumentado la suma total de sufrimiento en el mundo más que ninguna otra en la historia”.
Como hombre realista, sabe que la población adicto-carnívora no va prescindir a corto plazo de este alimento, por ello aboga por “incorporar unas normas de decencia básica en el sector que hasta ahora no se han cumplido” y, como se explica en el vídeo, defiende el mercado ecológico y las pequeñas granjas tradicionales frente a la ganadería intensiva.
Hay muchos y buenos libros sobre alimentación y animales como “Somos lo que comemos” del influyente filósofo Peter Singer, “Jaulas Vacías” de Tom Regan, “Otra manera de vivir. Cuando la comida importa” de Jane Goodall, … El libro “Comer animales” es el último en llegar, es fresco, muy ameno, impactante, basado en los nuevos descubrimientos de una persona ajena a este mundo y no deja en absoluto indiferente.
“No podemos justificar la ignorancia, sí la indiferencia. Soportamos la carga, pero también la suerte de vivir una época en la que la crítica contra la ganadería industrial va calando en la conciencia popular. Con el paso del tiempo, y con todo el derecho, se nos podrá proponer la siguiente pregunta: y vosotros, ¿qué hicisteis cuando supisteis la verdad sobre el hecho de comer animales?”
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Un mediático rescate de 520 perros que iban a ser cocinados en restaurantes ha reabierto en China el debate sobre el consumo de carne de este animal a medida que crece la popularidad de los canes como mascotas. Un pedido de Urgente24: paren al detractor de los piquetes chinos, Zhu Guangbing (entérese y opine)
http://www.urgente24.com/data/img_cont/img_imagenes/img_md/5887.jpg
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). La noticia la trae Antonio Broto desde Beijing para El Correo de Vizcaya.
Un mediático rescate, en medio de una autopista, de 520 perros que iban a ser cocinados en restaurantes ha reabierto en China el debate sobre el consumo de carne de este animal a medida que crece la popularidad de los canes como mascotas.
El rescate atrajo a mediados de abril la mirada de diarios y televisiones chinas porque ecologistas y defensores de los animales bloquearon durante 15 horas una concurrida autopista a las afueras de Beijing, en una de sus primeras campañas "agresivas" en China.
Todo comenzó cuando uno de ellos, apellidado An, vio pasar el camión en las afueras de Beijing y decidió cortarle el paso para acto seguido informar desde su microblog a otros activistas.
Entre los que acudieron inmediatamente al lugar se encontraba Qin Xiaona, director de la Asociación para el Bienestar de los Animales de la Capital (CAWA), la organización que se atribuyó un rescate en el que, según la prensa pequinesa, también participaron extranjeros e incluso celebridades chinas.
La acción fue "una noticia positiva para que la gente empiece a apreciar a estos animales", señaló a Efe Yan Dong, director de la Red de Dueños de Perros (un foro de internet para amantes de los cánidos).
Sin embargo, no todos se mostraron de acuerdo con la medida, ya que en China, aunque el consumo de carne de perro es minoritario no es ilegal, y es popular en algunas regiones, como Cantón o las zonas de etnia coreana en la frontera con Corea del Norte.
Entre los críticos al rescate ha despuntado un internauta llamado Zhu Guangbing, quien en su popular microblog ha asegurado que va a mostrarse tan "radical" como los ecologistas y va a matar desde el 1 de junio un perro cada día "para protestar contra la hipocresía", a menos que quienes salvaron a los canes pidan perdón.
Zhu, cuyas palabras han inflamado el debate en los foros chinos, se queja de que los ecologistas malgastan el dinero en salvar animales en lugar de usarlo para ayudar a personas con problemas, ya que en el rescate de los 520 perros se pagó US$ 17.000 al camionero que los transportaba.
El internauta ha asegurado que ya ha contratado notarios para dar fe de su "matanza" a partir de junio, y aclaró que los animales sacrificados proceden de granjas caninas y son destinados para el consumo humano.
Zhu admite que su comportamiento es algo extremo, aunque aduce que "el de los ecologistas en realidad lo fue más" ya que bloquearon la autopista, poniendo en peligro muchas vidas.
El internauta, por lo que se desprende de sus escritos, vive en Cantón, conocida por ser la provincia cuyos habitantes consumen tipos más raros de animales.
"¿Por qué no va a poderse comer, si tomamos cerdo o cordero?", defiende una empleada del restaurante "Carne Sabrosa de la Luz del Sol", uno de los más reputados de Cantón por ofrecer carnes exóticas, y donde han comido incluso los líderes de Corea del Norte (país en el que, como su vecino del sur, el perro es un plato de lujo).
"La carne de perro mejora la circulación de la sangre, cuida el estómago, y es ideal para las mujeres embarazadas", señala a Efe la empleada, apellidada Wu.
Otros aseguran que en China, durante siglos, el perro ha sido un alimento más, y que la defensa de estos animales es una influencia occidental que pone en peligro las tradiciones orientales.
El debate fluye en los foros de internet chinos, mientras el diario oficial "Global Times" lamenta que no haya un marco legal que distinga claramente entre mascotas y animales para el consumo humano.
Cualquier animal, incluidos los perros o gatos domésticos, puede ser sacrificado o cocinado sin que la ley contemple castigos, por lo que en China de vez en cuando se difunden noticias o rumores sobre redes de "secuestradores" de mascotas para restaurantes.
La polémica resurge 5 años después de la campaña que los defensores de los animales lanzaron cuando epidemias de rabia fueron atajadas por gobiernos locales con matanzas indiscriminadas de miles de perros.
En aquella ocasión -que coincidió, curiosamente, con el Año del Perro en el calendario chino- las protestas llevaron incluso al presidente chino, Hu Jintao, a pedir públicamente a gobiernos locales que detuvieran aquellos masivos sacrificios, en un país donde tener perros como mascota es cada vez más popular e incluso, en grandes ciudades, un símbolo de estatus social.
Un aporte más para el encendido debate lo proporciona blogalternativo. Allí se manifiesta la visión de Jonathan Safran Foer:
“Nuestro tabú contra comer perros dice algo de ellos y mucho de nosotros. Los franceses, que adoran a sus perros, a veces se comen a sus caballos. Los españoles, que adoran a sus caballos, a veces se comen a sus vacas. Los indios, que adoran a sus vacas, a veces se comen sus perros” (…)
“Pero comer perro no ha sido, ni es, tabú en muchos sitios, y no es perjudicial para nosotros en modo alguno. Bien cocinada, la carne de perro no presenta más riesgos para nuestra salud que cualquier otra, y una comida tan nutritiva no suscita grandes objeciones por parte de los componentes físicos de nuestros egoístas genes” (…)
“En Norteamérica, millones de gatos y perros sacrificados en refugios para animales se convierten en la comida de nuestra comida. (Se sacrifican casi el doble de perros y gatos que se adoptan.) Eliminemos, pues, este ineficaz y extraño paso intermedio”
“¿Y por qué no comer perros? Depende las culturas, cualquier tipo de animal es válido para ‘la colosal tarea que supone alimentar a un mundo poblado por miles de millones de omnívoros que exigen carne con sus patatas’”.
Reproducimos a continuación el capítulo sobre comer perros del libro “Comer Animales” de Jonathan Safran Foer que nos da argumentos de peso para reflexionar sobre la diferencia entre perros o cerdos y como los mejores amigos del hombre entran igualmente en la cadena alimentaria.
A pesar de esas letras sangrientas de la portada, “Comer animales” es un libro serio, muy documentado y contundente para todos los públicos, coman lo que coman, que lleva más de un año en la lista de los más vendidos de Estados Unidos y cuyo objetivo no es que nos hagamos vegetarianos, sino que sepamos lo que esconde la industria cárnica y el lado oscuro de nuestros filetes para que saquemos nuestras propias conclusiones.
A sus 32 años, Jonathan Safran Foer es un autor de culto en su país y la conciencia alimentaria y animalista le llegó cuando su esposa estaba embarazada y decidió emprender una extensa investigación de varios años sobre el negocio de la comida. Esto le hizo descubrir una realidad atroz que ha decidido denunciar en esta obra que entremezcla datos estadísticos, recuerdos de la infancia y reflexiones sobre nuestras creencias y tradiciones.
Foer afirma que la industria alimentaria es la que más dinero mueve, la que más afecta directamente a nuestra salud, la que más impacto negativo tiene sobre el medioambiente, la que ocupa casi un tercio de las tierras del planeta y al mismo tiempo, es sobre la que menos sabemos. Y encabezando sus críticas, encontramos a la cadena de fast food KFC a la que describe como “la compañía, podría decirse, que ha aumentado la suma total de sufrimiento en el mundo más que ninguna otra en la historia”.
Como hombre realista, sabe que la población adicto-carnívora no va prescindir a corto plazo de este alimento, por ello aboga por “incorporar unas normas de decencia básica en el sector que hasta ahora no se han cumplido” y, como se explica en el vídeo, defiende el mercado ecológico y las pequeñas granjas tradicionales frente a la ganadería intensiva.
Hay muchos y buenos libros sobre alimentación y animales como “Somos lo que comemos” del influyente filósofo Peter Singer, “Jaulas Vacías” de Tom Regan, “Otra manera de vivir. Cuando la comida importa” de Jane Goodall, … El libro “Comer animales” es el último en llegar, es fresco, muy ameno, impactante, basado en los nuevos descubrimientos de una persona ajena a este mundo y no deja en absoluto indiferente.
“No podemos justificar la ignorancia, sí la indiferencia. Soportamos la carga, pero también la suerte de vivir una época en la que la crítica contra la ganadería industrial va calando en la conciencia popular. Con el paso del tiempo, y con todo el derecho, se nos podrá proponer la siguiente pregunta: y vosotros, ¿qué hicisteis cuando supisteis la verdad sobre el hecho de comer animales?”
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